domingo, 24 de abril de 2011

La zoonosis, ¿Un riesgo para los cazadores?

Las zoonosis no sólo las pueden traer nuestras mascotas sino también, y con mayor incidencia, las piezas de caza
Las zoonosis son las enfermedades que trasmiten los animales al ser humano, tanto cuando las sufren, están en fases clínicas que evidencian la enfermedad,  cómo cuando  de forma silente vehiculan estas enfermedades hacia el hombre sin que se “vean” signos evidentes de padecimiento de esta en el animal.
No se trata de instaurar un ambiente de miedo o de restricción en nuestros movimientos sino más bien, aumentar nuestros conocimientos para que una forma sencilla y cómoda instaurar pautas de actuación que disminuyan los riesgos de trasmisión de estas enfermedades y disfrutar de nuestro ocio con tranquilidad y satisfacción.
Las enfermedades zoonosicas son muchas y muy diversas y varían según el animal que se trate y hasta ahora también con la ubicación geográfica donde nos encontremos. este último factor esta disminuyendo como factor limitante derivado del proceso de globalización y el movimiento de personas por un mundo cada vez más pequeño y donde una afección que antes suponía la imposibilidad de verse desarrollada en nuestra geografía, ahora puede aparecer en cualquier momento, ya no hay fronteras.
Las zoonosis no solo la pueden traer nuestras mascotas, sino y con mayor incidencia las piezas de caza que podemos manejar tanto en el campo como en nuestra cocina. Para su control y prevención es básico tener presente algunos consejos que van a ir encaminados no a obligaciones impositivas sino a pequeñas pautas generadoras de tranquilidad.
Primero.- No faenar las piezas de caza en el campo. Hacerlo en nuestros hogares cuando se trate de piezas de caza menor y en lugares habilitados para ello en el caso de caza mayor.
Segundo.- Cuando no sea posible faenar las piezas de caza en lugares habilitados, extraer el trofeo como única pieza, no destinando a consumo humano cualquier otra pieza que no se haya faenado en condiciones higiénicas.
Tercero.- Usar siempre protección en las manos (guantes) especialmente están indicados los de material denominado nitrilo y de forma ideal los metálicos anti-corte. Es adecuado incorporar guantes de nitrilo en nuestro zurrón o mochila y manejar las piezas con estos guantes. Y después de su uso eliminarlos convenientemente.
Cuarto.- Emplear materiales de plástico fácilmente lavables para el transporte de piezas de caza y después de su uso realizar con ellos un lavado desinfectante adecuado (lejía  u otro desinfectante eficaz). Especial recomendación de empleo de bolsas de plástico NO REUTILIZABLES (las de basura funcionan perfectamente).
Quinto.- Emplear cuchillos exclusivamente para las piezas de caza, con empuñaduras de plástico (no usar materiales permeables) con limpieza y desinfección después de su uso, no empleando el lavavajillas o limpiándoles a la vez que otros cubiertos o materiales no relacionados con las piezas de caza sobre las que se aplican. Usar los cuchillos perfectamente afilados. de todos es conocido que los cuchillos que más accidentes provocan son los que están mal afilados.
No emplear cuchillos de remate o de faenado para cortar alimentos.
Sexto.- Nunca consumir carne de jabalí, sin un análisis previo veterinario de triquinosis. Es recomendable que las piezas de caza mayor pasen siempre una inspección veterinaria de la canal conseguida (corzo, venado, rebeco, muflón o cabra). la inspección de un profesional no descartaría patologías de especial incidencia para nuestra salud (tuberculosis, hidatidosis, sarna, etc…)
Séptimo.- Cuando nuestras ropas se manchen de sangre, deberíamos lavarlas separadas de otras ropas y con programas de lavadoras de alta temperatura.
Octavo.- No debemos comer o beber mientras faenamos piezas de caza. Una vez acabado de faenar lavarnos de forma concienciada nuestras manos empleando al menos jabón desinfectante o con jabón neutro y solución desinfectante de forma alterna al menos dos veces.
Noveno.- Nunca dar despojos o carne cruda procedente de la caza a nuestros perros.
Siguiendo estos pequeños consejos y vigilando de forma periódica nuestra salud y la de nuestros compañeros podemos asegurar que el riego de padecer una zoonosis se reduce de forma significativa, pudiendo seguir disfrutando de nuestra afición y la de la compañía de nuestro perro con plena satisfacción y tranquilidad, pudiendo incluso disfrutar  gastronómicamente del fruto de nuestros sueños venatorios.

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