martes, 28 de diciembre de 2010

Los aficionados temen una privatización de los cotos

Inquietud en los cotos de caza. La próxima temporada terminan las concesiones para 41 de las 63 reservas. De cómo resuelva esa renovación la Consejería de Medio Ambiente dependerán las normas, cuotas y permisos de los próximos años. Desde 1989, el Ejecutivo autonómico ha mantenido un modelo apegado al cazador local. Aquel año Asturias fue la primera región en dotarse de una ley que regulase la concesión de cotos, y privilegiaba que éstos acabaran en manos de los vecinos. Según Carlos Nores, vicepresidente de la Fundación Oso Pardo, aquella decisión fue clave contra el furtivismo: los cazadores, ahora dueños de los cotos, «comenzaron a tolerar mal a aquellos que, sin pagar los gastos, se apropiaban de los recursos».
La norma ha delegado así durante años la gestión de la actividad cinegética en grupos de cazadores reconocidos por sus vecinos. Aunque la responsabilidad del coto no está exenta de tensiones (con la administración, los agricultores o las aseguradoras), entre los presidentes de las reservas hay cierto orgullo de pertenecer a un grupo estable en el que todos se conocen.
Esa estabilidad, sin embargo, se quebró el pasado año. La sociedad La Perdiz, la más antigua de Asturias, perdió los derechos sobre el coto de Llanera. Aunque cuenta con 500 socios, la concesión recayó en una sociedad de nuevo cuño, Cinegética y Gestión, propiciando una situación de competencia desconocida.
«Nos tememos que aquello haya sido sólo un aviso y vayamos ahora a un nuevo modelo de gestión», advierte José Manuel Rancaño, de la Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado (Asocipas). La política conservadora de la administración regional ha propiciado en las dos últimas décadas un crecimiento constante de los recursos. Los montes están ahora poblados de ciervos y jabalíes como hacía siglos que no se veía, un atractivo que «está despertando el interés de mucho empresario avezado», constata Rancaño. Y Asocipas advierte: «No toleraremos que los cotos se entreguen a estos advenedizos que se interesan ahora por la gestión con la única idea de vender luego las cacerías y hacer dinero».
A grandes rasgos, ese modelo ya existe. Expertos y ecologistas asturianos llevan años denunciando que la normativa de Castilla y León es un «colador por el que se cuela cualquiera». En noviembre de 2008, por ejemplo, la Guardia Civil desarticuló la mayor red de cazadores furtivos detectada hasta la fecha. Ganó la concesión de dos reservas leonesas; eso les dio acceso a unos sellos y permisos que falsificaban para ocultar las piezas cobradas en batidas ilegales.
«Estamos inquietos porque la consejería no tiene personal como para resolver una renovación tan amplia de forma rápida y escrupulosa», asevera Rancaño.

La mayoría de las muertes de cazadores ocurren en batidas de corzos o jabalíes


Al menos siete de los once cazadores muertos en Galicia en la última década perecieron en batidas de corzos o jabalíes. Los datos, que según la Federación de Caza Galega provocan mucha alarma social, serían menos relevantes en comparación con otros deportes de montaña si se tiene en cuenta el número de licencias, unas 70.000.

Al regreso del entierro de José Antonio Santín Fernández -el barallés que perdió la vida el sábado en un accidente durante una batida de jabalí-, el presidente de la Federación Lucense de Caza, Francisco López, señalaba su convencimiento de que la mayoría de los cazadores respetan las normas de seguridad, aunque reconoce que en los primeros días de temporada la gran afluencia de aficionados, y las ansias de cazar incrementan los peligros.

López, partidario de exigir el examen que proyecta la Xunta para los nuevos cazadores, señaló que se están realizando cursillos de seguridad para aficionados en el centro cinegético que la Diputación lucense instaló en Tor (Monforte), pero que estos no son obligatorios ni siquiera para los jefes de cuadrilla. También recomiendan, y entregan en las competiciones de caza, los chalecos reflectantes, pero tampoco son obligatorios.

En cambio, en Castilla y León, la Consejería de Medio Ambiente ha establecido la obligatoriedad de chalecos para los batidores y perreros que participen en las monterías. Esperan repartir unos 2.500, para intentar disminuir los accidentes.

Ayer mismo, tras mostrar su pesar por la muerte del cazador barallés, la Federación Galega de Caza llamó a extremar las medidas de seguridad y que los responsables recuerden normas básicas como mantener las armas descargadas hasta ocupar los puestos, que no se abandonen estos sin permiso, advertir del área de disparo de cada tirador y hacer fuego contra el terreno con ángulos que eviten rebotes.

Francisco López asume que «como en todo colectivo, sempre hai infractores», pero asegura que la mayoría dirigen adecuadamente su pasión por la caza. Otros cazadores consultados señalan, sin embargo, que en Galicia no faltan los «escopeteiros» y gente de gatillo fácil que dispara a todo lo que se mueve. Recientemente, la Sociedade Galega de Historia Natural pidió a la Xunta la obligatoriedad de un examen para todos los cazadores, un carné por puntos para quien tenga licencia y controles de alcoholemia en las batidas.

El coto de caza de Langreo contará con la primera guarda femenina de Asturias

Unicaza, la asociación de cazadores de Langreo que gestiona el coto de este municipio, ha seleccionado a una mujer como guarda forestal para trabajar en esta zona acotada a tiempo parcial. Su contratación no deja de ser un hecho singular, toda vez que será la primera mujer en acceder a un puesto de estas características en el Principado. Los responsables de Unicaza aseguraron ayer que esta circunstancia no influyó en su decisión a la hora de elegir entre los distintos aspirantes: «Teníamos cinco solicitudes y la mejor nos pareció la de la joven, ni reparamos en que fuese una mujer».
Esta guarda, natural de la localidad de El Entrego, en el municipio vecino de San Martín del Rey Aurelio, comenzará a desarrollar su trabajo entre los meses de octubre y noviembre
Como en la mayoría de los cotos asturianos, la principal preocupación de los responsables de la reserva langreana es la lucha contra los furtivos. En la actualidad, la práctica ilegal más habitual en estos montes es la de colocar lazos de acero para apresar animales, de «una manera inhumana, cruel y salvaje, que les hace sufrir durante horas». Sólo en julio se retiraron más de 60 lazos en los diferentes montes del coto regional de caza de Langreo.
En este cometido resultó fundamental la colaboración de los vecinos que denunciaron la existencia de los lazos, así como de la guardería de la Consejería de Medio Ambiente y los cuatro agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que trabajan en la comarca del Nalón.
La Consejería de Medio Ambiente aprobó el pasado mes de abril el coto de caza de Langreo, que ocupa la gran parte de la zona rural del concejo: 7.440, 6 hectáreas (74,4 kilómetros cuadrados). La gestión le fue concedida a la Sociedad Recreativa y Deportiva Unicaza, única asociación que se presentó al concurso.
En Langreo pueden abatirse jabalíes, en caza mayor, y arceas, en caza menor. Por otra parte, el número escaso de corzos en la zona hace preferible su veda «durante unos años».

sábado, 25 de diciembre de 2010

Catorce sociedades de caza de Asturias están "en quiebra" por el pago de los daños

José Manuel Rancaño, presidente de la Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado de Asturias (Asocipas), ha asegurado que una de cada cuatro sociedades asturianas está en quiebra.

Rancaño Flórez denuncia que es “abusivo” el pago de los daños a los agricultores afectados por los ataques de animales cinegéticos.
El presidente de Asocipas afirma que hay catorce sociedades “en quiebra técnica” y otras 12 en riesgo de disolverse, debido a que están ahogadas financieramente al no poder afrontar los pagos que les impone la Consejería de Medio Ambiente por los daños causados por las especies cinegéticas en las fincas agrícolas.

Pagos ‘abusivos’ a los agricultores

Rancaño Flórez denuncia que es “abusivo” el pago de los daños a los agricultores afectados por los ataques de animales cinegéticos. Los cazadores afirman que, por ejemplo, por los daños en un terreno de una hectárea sembrada de fabes y maíz, tienen que desembolsar 24.480 euros en concepto de pago por los destrozos ocasionados por la presencia de animales como el jabalí. «Es abusivo, todo el mundo sabe que el precio de esa finca no asciende a tanto dinero y hay sociedades que ya no pueden afrontar los pagos” dice el mandatario de Asocipas. Las sociedades que peor lo están pasando por este motivo son la Comunidad de Cazadores de Valdés, Asveca (de Infiesto) y La Parraguesa.

Accidentes de tráfico con fauna cinegética

Otra vía por la que sus cuentas hacen aguas son los pagos por los accidentes en carretera causados por animales cinegéticos. “Somos el único país europeo en el que los cazadores tienen que hacerse cargo de sufragar los daños a los conductores que sufren un accidente cuando un animal se les cruza en la carretera. Esto nos parece injusto. Si quieren pagarlo, que lo haga el Estado, pero no nosotros”, dice Rancaño.

Crean riqueza, pero no reciben nada

Estas y otras reclamaciones han intentando exponerlas delante de la viceconsejera de Medio Ambiente desde hace siete años, “pero siempre nos esquiva y nos envía a reunirnos con el director general de Biodiversidad, que no nos soluciona nada”, explica Rancaño Flórez.
Desde Asocipas se asegura que su actividad cinegética genera trabajo para 121 guardas de caza, que gestionan y mantienen 745.179 hectáreas acotadas en el Principado, repartidas entre 60 acotados; y añaden a estos números los 450 empleos, directos e indirectos, que la caza genera en otros sectores asociados como la hostelería, las armerías o el turismo. ¿Y qué reciben a cambio? Ser “perseguidos injustamente”, dice Rancaño Flórez.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Asocipas teme por el futuro de los cotos

Asocipas teme por el futuro de los cotos

La asociación, que aglutina a gran parte de las sociedades, se plantea «tomar medidas drásticas»

H. NÚÑEZ

Una vez más los cazadores asturianos temen por el futuro del arte cinegético ante la la problemática suscitada por el alto coste de los accidentes de trafico causados por especies cinegéticas, la guardería, los daños a la agricultura y la ya próxima renovación de los acotados regionales. Unos temas que tienen especialmente preocupados a los cazadores del Principado y ante el «pasotismo» del govierno regional se plantean «tomar medidas drásticas al respecto, tales como dejar los cotos en manos de la administración». El presidente de la Asociación Cinegética Sierra de Pulide-Nalón que gestuiona los cotos 093 y 094 de los concejos de Castrillón, Corvera, Illas, Candamos, Soto del Barco y 700 ha. de Pravia, Fernando José González Aparicio, es a la vez presidente de Asocipas, sociedad que aglutina gran parte de las cotos de Asturias, avanzó el temor que suscitan estos problemas entre los aficonados a este arte.

El pasado miércoles ha tenido lugar en Siero una reunión de Asocipas con un gran número de asociaciones a las que representa, en la que debatieron entre otros temas el nuevo reglamento de armas, la responsabilidad de los accidentes de trafico causados por especies cinegéticas, el alto coste que supone la guardería, daños a la agricultura y la ya próxima renovación de los acotados regionales, pero sobre todo se ha puesto encima de la mesa, «el aplastante pasotismo con el que la administración contempla estos temas», como ha recalcado el Fernando José González Aparicio.

Ante este panorama y ante la ya mencionada pasividad de la administración las asociaciones están «hartas y muy descontentas» y no descartan tomar medidas drásticas al respecto, tales como dejar los cotos en manos de la administración, ahora que como se dijo se van a renovar el próximo año. A este respecto, hay que tener en cuenta que la renovación afecta a todas las asociaciones y las obliga a ellas y a sus socios a todos los efectos durante cinco años. «Esto último que no se tome como una simple amenaza. Es un hecho probado que los cotos al igual que otros sectores están también sufriendo la crisis, y aunque la acción de cazar sea una actividad lúdica, no olvidemos que el sector genera 140 puestos de trabajo directos en Asturias, y de el dependen además, tiendas de ropa deportiva, armerías, hostelería, etc», explicó González Aparicio.

Ante esta perspectiva y como un último intento de no arrojar la toalla «desde la confianza que los cazadores asturianos han depositado en Asocipas, esta Asociación va a solicitar en fechas próximas una reunión de carácter urgente con los responsables de las diferentes administraciones autonómicas para intentar que estas, nos den un balón de oxígeno, que nos aliente a seguir cazando en Asturias».

Regional de becada. Al margen de este problema quetiene en vulo a los cazadores del Principado, el pásado sábado 18 de diciembre se proclamó campeón de Asturias de becada 2010 Daniel Martínez con su perra Coca. Este título lo logró en el concejo de Tineo al llegar primero a la meta y tras la captura de dos ejemplares de arcea.

Daniel, vecino de Selorio ( Villaviciosa), y habitual cazador en el coto de los Llanos ( Colunga- Selorio), será el encargado de defender los colores de Asturias en el Campeonato de España de becadas que se celebrará los días 7 y 8 de enero en A Coruña, concretamente en el término municipal de Carballo.

martes, 21 de diciembre de 2010

Los cazadores presentan alegaciones contra la nueva ley del gobierno



Los cazadores asturianos también van a presentar sus alegaciones en contra de quince puntos de la nueva ley de armas que pretende aprobar el Ministerio del Interior para que entre en vigor el próximo año. Dicen los aficionados asturianos que la nueva normativa ilegalizará el 60% de las armas que hay en la región, unas 45.000.

El punto que más preocupa a los aficionados a esta práctica es el que prohíbe las armas semiautomáticas con capacidad para más de tres tiros. Estas armas son las más comunes. Explican los cazadores que si la norma sale adelante tal y como está propuesta, los aficionados tendrían que salir al monte con armas con una capacidad de disparo de no más de tres tiros. Además de este punto, los cazadores también están en contra de que se prohíba el uso del calibre 30.06, que aunque en un principio sólo se utilizaba en el Ejército hace años se le dio luz verde para su uso en la caza.

Los cazadores no entienden los cambios continuos en la normativa y creen que las intenciones del Gobierno no son otras que acabar con esta práctica. De momento, los cazadores están preparando las alegaciones y remitiéndolas al Ministerio. Explican los aficionados que la normativa se ha redactado a sus espaldas, sin contar con ellos ni buscar el consenso de los cazadores, y aunque aseguran que están de acuerdo con que se endurezcan las sanciones a todos aquellos que no cumplan con la ley, creen que las restricciones y modificaciones que se plantean son demasiado duras y prohibitivas con los que salen a cazar cumpliendo todos los requisitos legales.

La Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado de Asturias, que dirige José Manuel Rancaño, cuenta con el apoyo de la Oficina Nacional de Caza, que aglutina a todos los aficionados a nivel nacional. Dicen los cazadores que España e Italia eran ya los países más restrictivos de Europa y que con esta nueva reforma «aún lo endurecen más».

lunes, 20 de diciembre de 2010

Los cazadores alegan que la nueva ley de armas inutilizará el 60% de los rifles de asturias

«Estamos a favor de que se endurezcan las sanciones, no de que se ilegalicen miles de escopetas», defienden las asociaciones - Un armero ovetense asegura que la gran mayoría de las armas que vende serán ilegales si prospera la norma

Las sociedades de cazadores en Asturias alegarán contra quince artículos del proyecto del nuevo reglamento de armas del Ministerio del Interior. La Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado de Asturias (Asocipas) convocó ayer a representantes de 52 sociedades para redactar las alegaciones al proyecto que se publicó el pasado 30 de noviembre en el «Boletín Oficial del Estado» (BOE).

El artículo que más preocupa a los cazadores, y contra el que también alegarán, es el que hace referencia a la prohibición de armas semiautomáticas -las más comunes- con cargadores móviles con capacidad para más de tres tiros. El reglamento también quiere evitar que este tipo de armas «con herramientas normales puedan ser transformadas a una capacidad superior».

Los cazadores explican que los cargadores fijos son casi inexistentes en el mundo de las armas semiautomáticas, ya sean rifles o escopetas, a excepción de Francia, donde los cargadores móviles sí están prohibidos. Así, aseguran que si el reglamento prosperase, en España no se podrán utilizar armas con capacidad de disparo con más de tres tiros para cazar (uno en la recámara y dos en el cargador).

Según los cálculos del sector cinegético, la medida podría implicar la ilegalización del 60 por ciento de las 75.000 armas legalizadas en Asturias, es decir, unas 45.000 armas. Por su parte, la Federación Española de Caza estima que en toda España habría que destruir 800.000 armas. El coste de cada uno de estos rifles y escopetas puede llegar a superar los 6.000 euros.

«Nosotros estamos a favor de que se endurezcan las sanciones, que se paguen multas más altas, y que te retiren el arma hasta que pagues la sanción. Pero lo que no se puede hacer es aprobar este decretazo, que dejará inutilizadas miles de armas que la gente compró legalmente», explicó ayer a este periódico uno de los portavoces de la Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado, José Manuel Rancaño.

Otro de los artículos polémicos que recurrirán los cazadores asturianos es el que prohíbe el uso del calibre 30.06. «Parece que lo quieren anular para caza. Era un calibre del Ejército que autorizaron para la caza. Ahora vuelven a cambiar la autorización, y es un calibre muy habitual para caza mayor», concretó Rancaño al término de la reunión de las sociedades de cazadores, que se celebró ayer en un conocido restaurante de Posada de Llanera.

Uno de los aspectos del reglamento que critica el sector cinegético es que la redacción del documento se ha hecho a hurtadillas. «A los representantes de asociaciones a nivel nacional les dijeron que no se preocupasen, que habría reuniones para alcanzar un consenso, y lo siguiente fue la publicación en el BOE», se quejan los cazadores asturianos. La Oficina Nacional de la Caza, que agrupa a todo el sector en España, les da la razón y afirma que se han ignorado por completo sus peticiones y califica el proyecto como el más restrictivo de Europa. «España e Italia tenían el reglamento más restrictivo de Europa, y ahora lo quieren endurecer aún más», se quejan los cazadores asturianos. La secretaría general técnica del Ministerio del Interior ha fijado como plazo para alegar contra el proyecto de este reglamento el próximo día 27. Otros colectivos como los fabricantes de armas, y las armerías, a título individual y colectivo, también están remitiendo alegaciones a este organismo.

«Esto que quieren hacer es muy grave, gravísimo». David Junquera regenta una armería en Oviedo y desde hace unos días sus clientes no paran de pedirle información sobre el nuevo reglamento de armas que prepara el Gobierno. Él les responde con dureza y sinceridad que es muy grave. Él ya ha alegado a título individual, como empresario, contra un buen puñado de artículos del documento y anima a sus clientes a que también lo hagan. «La gente no se enteró todavía, hay mucha desinformación», se queja.

Junquera despliega sobre el mostrador una carabina del calibre 22, ante la atenta mirada de un cliente, Alberto Álvarez -cazador, tirador y vendedor de armas-, que, a pesar de la experiencia, reconoce que «siempre se aprende algo». Lo que explica el armero es que con el nuevo reglamento se exigirá la licencia F (tiro deportivo) para las carabinas del calibre 22, lo que implica federarse como tirador deportivo y pagar el canon de campo para poder tirar, lo que asciende a unos 250 euros.

Pero lo que más inquieta a Junquera es el tema de las semiautomáticas. «Se quieren cargar de un plumazo las armas semiautomáticas, que es el 90 por ciento de la mercancía que yo vendo», explica David Junquera. «No hay rifles con cargadores fijos y ahora mismo sólo existe una escopeta en el mercado con las exigencias que fija el reglamento, la Benelli Montefeltro Becada», explica el joven. «Esto es un disparate», apostilla el cliente, Alberto Álvarez. «Conseguirán que la gente traiga las cosas desde fuera y tendremos que cerrar», lamenta el armero.

David Junquera defiende que se endurezcan las sanciones a los cazadores, pero nunca que se ilegalicen armas. «Al que pillen en el monte con un cargador de más de tres tiros en su arma que le apliquen una buena sanción. Que hagan como con las multas de tráfico», reclama Junquera. Las armerías defienden que su sector crea alrededor de 36.300 puestos de trabajo y que facturan más de 2.753 millones de euros al año.