miércoles, 25 de enero de 2012

La Defensa pide absolución para el vecino de Piloña acusado de utilizar lazos para cazar

La letrada del vecino de Piloña acusado de utilizar lazos de acero para la caza de animales pidió ayer la absolución de su cliente durante la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal Número 1 de Oviedo y alegó que este vecino de Piloña, cuyas iniciales son M. G. I., y nacido en 1936, no fue el autor de los hechos. Por su parte la Fiscalía de Medio Ambiente del Principado de Asturias mantuvo su petición de pena para el acusado que asciende a 4.800 euros correspondientes a una multa de 16 meses a razón de 10 euros al día. Las partes no alcanzaron ayer un acuerdo por lo que el juicio quedó visto para sentencia. Los hechos que ayer se juzgaron en Oviedo tuvieron lugar en marzo de 2010 cuando, según informó la Fiscalía de Medio Ambiente hace unas jornadas, el supuesto acusado fue sorprendido, mientras armaba un lazo de acero para cazar animales, por los guardas de campo del coto regional de caza de Piloña, número 096, en una finca que tiene arrendada denominada El Lledón, próxima a la localidad de Argandenes. Además de ese primer lazo de acero, los guardas detectaron otros dos en la zona que también procedieron a retirar.

martes, 24 de enero de 2012

Los ganaderos respaldan que el Principado pague los daños del lobo

Los ganaderos de la comarca del Caudal respaldan el compromiso de que la Administración regional de encargarse de pagar las indemnizaciones por daños del lobo cuando el animal sea una especie cinegética. De esta forma, aplauden que el Consejero de Agroganadería y Recursos Autóctonos, Albano Longo, ya haya anunciado que el pago no quedará en manos de los cotos de caza. Desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) aseguraron ayer que «muchos cotos de caza están atravesando malos momentos económicos, por lo que estamos seguros de que no podrían afrontar el pago de los daños de lobos». Con estos problemas de liquidez de algunas asociaciones de cazadores, «si en este momento están adeudando algunas indemnizaciones derivadas de ataques del jabalí, difícilmente podrían hacerse cargo de los del lobo, que son más cuantiosas». Los ganaderos de la comarca mantuvieron un encuentro con el Consejero de Agroganadería y Recursos Autóctonos hace unos meses. En la reunión, los representantes del sector ganadero pidieron a Longo que utilizara los beneficios obtenidos de la caza de lobos para indemnizar los daños que provoquen los cánidos en las ganaderías. Se trata de una de las muchas medidas que el Principado de Asturias está estudiando para atajar la problemática del lobo, según aseguró el Consejero. En este sentido, Albano Longo señaló que «estamos buscando la fórmula más adecuada, siempre en pro de los ganaderos». En cuanto al pago de indemnizaciones, el Consejero de Agroganadería y Recursos Autóctonos añadió que «aún no sabemos como se hará, bien con un seguro o a través de fondos propios de la Consejería». La asociación ganadera asegura que, en 2011, los lobos mataron en la comarca del Caudal 173 reses que se reparten entre 42 cabras y ovejas, 27 potros y 16 terneros. Los animales de menor envergadura, tal y como apuntan los responsables de Agall, «siempre sufren más bajas, al ser débiles, especialmente las ovejas». Tanto es así, que los ganaderos aseguran que la cría de ovejas y cabras se está perdiendo por este motivo.

martes, 10 de enero de 2012

Ladrones de ostras

Los robos en los viveros del delta del Ebro ponen en guardia a los productores, que han contratado vigilantes

Los cacos pueden llevarse un botín de 2.000 euros en 10 minutosApenas pueden tardar 10 minutos en llevarse más de 2.000 euros de producto si lo venden al por mayor. Los ladrones de otros botines alimentarios, como algarrobas o naranjas, tendrían que trabajar durante horas para conseguir tal ganancia. Igualmente al aire libre y sin cercos que veten el acceso, el de las ostras es un cultivo más glamuroso y, en esta época de paro, mucho más codiciado que cualquier fruto agrícola.


Los guardas de campo, durante una vigilancia. JOAN REVILLAS
Patrulla 8 La barca de vigilancia, entre las bateas de la bahía de El Fangar, días atrás. JOAN REVILLAS

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Información publicada en la página 31 de la sección de cv Sociedad de la edición impresa del día 29 de diciembre de 2011 VER ARCHIVO (.PDF)
El precio, además, se ha disparado en los últimos años, debido a la caída de la producción a raíz de episodios de mortandad ocasionados por algún virus. Y escala aún más llegados a esta época del año, la cima de la comercialización anual: Navidad y Año Nuevo. El productor puede cobrar entre 2,20 y 3,20 euros por un kilo de ostras, que alcanza entre los 5 y los 7 euros en el mercado.
Claro que, para ser ladrón de ostras, como los que merodean en estos días de alta actividad navideña por los viveros en el delta del Ebro, hay que tener mucha más especialización que para llevarse unas naranjas. De hecho, hay que ser tan avispado que los propios productores sospechan que el ladrón que últimamente ha perpetrado robos en los cultivos marinos de la bahía de El Fangar forma parte de su propio colectivo. Pero solo si cazan in fraganti al caco podrán comprobar si su intuición anda afinada, y para ello han contratado un servicio de vigilancia tan particular que el área a controlar está en medio del mar. Hasta que concluyan las fiestas, el control se efectúa sin interrupción durante las 24 horas del día.
Un golpe desde dentro
«Yo creo que tiene que ser un experto», afirma Joan Fabra, de Deltebre. Como la mayoría de los productores como él -una treintena en total en la bahía, que produce 50.000 kilos de producto, de los que aún siguen en el mar 10.000-, sostiene que para robar ostras hay que conocer donde están plantadas de entre una maraña inmensa de cuerdas distribuidas entre más de 70 bateas en las que mayoritariamente hay mejillones. En cada batea puede haber 1.000 cuerdas, pero pocos conocen cuáles son las de ostras y cuáles las de mejillón. Además, para trasladar los 700 kilos de ostras que se llevaron en el último asalto, unas 70 cuerdas, resultaría conveniente tener una plataforma de carga más que una barca al uso, que no soportaría el peso.
Miquel Carles, otro de los productores de la asociación de mejilloneros de El Fangar, apunta que «para un profesional, por no decir un compañero, es tan fácil como coger las ostras, que en este último robo ya estaban en el saco dispuestas a ser trasladadas a la depuradora, y simplemente cambiar la identificación y sacarlas tan tranquilamente, incluso al día siguiente».Los vigilantes contratados aportan otra posibilidad: «Se pueden cortar las cuerdas y simplemente poner las bolsas en la propia mejillonera», señalan. Pero es arriesgado. Algunos productores conocen sus cuerdas, a pesar de que cualquier extraño juraría que no observa distinción alguna.

Con todos estos datos, Manel Domínguez y Raúl Favà, los dos guardas de campo, tienen algunas pistas para seguir al menos una vía de investigación. De otra forma, su labor sería bastante más ardua. En plena noche, prefieren observar las mejilloneras desde tierra. Los casi tres kilómetros de longitud por los que se distribuyen las bateas, por un kilómetro de ancho aproximadamente, son muchos para un par de prismáticos. El silencio es para ellos su mejor arma. Cualquier motor, por discreto que fuera, delataría al delincuente. Por ello prefieren no entrar con su barca de noche. A no ser que haya una alarma. «A veces nos ha sucedido que había alguien navegando entre las mejilloneras y ha resultado ser algún pescador», señala Manel.
El efecto de la crisis
El mar no tiene puertas. Así que la cosa suele ser aún más complicada en verano. Entonces, en la época de los mejillones, son muchos más los que disfrutan de una noche de navegación al fresco, y las doradas se acercan a las bateas a comer. El tránsito complica la vigilancia. Pero ahora, en las frías noches de invierno, como mucho merodea por la zona algún productor que, como años atrás, opta por quedarse a dormir en la caseta encima de la batea para evitar sustos. «Antes era más normal que se quedaran; en los últimos años, no tanto, porque si había hurtos eran de pocas cantidades. Pero ahora, con la crisis, la cosa se ha disparado», asegura Carles.

Galicia permitirá cazar a niños de 14 años

10 enero 2012


El anteproyecto de la nueva Lei de Caza de Galicia propone rebajar de los 16 a los 14 años la edad mínima necesaria para cazar en esa región. Los adolescentes no podrán llevar armas ni disparar a los animales, pero sí acompañar como morraleros a los mayores en las cacerías, adiestrar a los perros, aprender a despellejar las piezas y a conocer todas las técnicas y trucos cinegéticos.
La Xunta justifica esta decisión con el fin de garantizar el “relevo generacional” de los cazadores; crear afición. Un colectivo que, año tras tras año, ve reducir su número al tiempo que aumenta en la sociedad el sentimiento anticaza. Según un informe de la Federación Galega de Caza (FGC), el 77% de los cazadores gallegos tiene entre 30 y 64 años, pero solo el 8% tiene menos de 29. Más de 14% los cazadores sobrepasan los 65 años.
Los colectivos ecologistas agrupados en la plataforma “Matar por matar non” –que integra a una treintena de asociaciones, desde Adega a la Federación Ecoloxista Galega o la Sociedade Galega de Historia Natural– consideran que abrir la puerta a los adolescentes supone un retorno “a la caverna”. Entre otros argumentos, señalan lo paradójico de una medida que choca frontalmente con la educación en la no violencia, las campañas en contra de los juguetes bélicos y la nueva conciencia sobre el trato digno y respetuoso para con los animales.
Sobre este tema yo lo tengo muy claro:  Menos escopetas y más bibliotecas. ¿Y tú, qué opinas? ¿Piensas que con 14 años se es lo suficientemente maduro como para tener la caza como un hobby adolescente?

martes, 3 de enero de 2012

Nace en Mont-roig la primera empresa de vigilancia medioambiental

La entidad ecologista L’Escurçó, con sede en Mont-roig del Camp, ha puesto en marcha la primeraempresa en Catalunya dedicada a la seguridad medioambiental, es decir guardas particulares para zonas rurales. El proyecto se ha estado cocinando durante más de un año y en los próximos días se pondrá en marcha bajo el nombre Vigilància Mediambiental L’Escurçó S.L. De hecho, según explica el gerente de la entidad, Joan Manel Olivella, la entidad ya viene ofreciendo este servicio desde hace años «y a nivel jurídico lo hacíamos como una entidad ecologista, pero ahora el Govern de la Generalitat nos ha obligado a ofrecer estos servicios a través de una empresa de seguridad», comenta Olivella.
El campo de actuación de la empresa es muy amplio y abarca desde servicios de vigilancia en parques naturales, reservas de caza,  fincas rurales privadas, infraestructuras del ámbito rural, en campo eólicos, solares, en reservas marinas hasta vigilancia y seguridad en pesqueros (para evitar ataques piratas), en zonas con ganado, aunque también en fondos marinos con especies protegidas, en zonas con peligro de aludes o incluso en presas y pantanos. Los servicios de la empresa se pueden contratar a nivel particular, aunque la entidad trabaja también con varios ayuntamientos de la provincia. Uno de los servicios que más ofrece actualmente la empresa es el de vigilancia de cotos de caza. En la zona de la Costa Daurada cuentan con clientes en El Vendrell , en Mont-roig del Camp, en Cambrils o en Hospitalet de l’Infant, entre otros. A pesar de ello, la empresa también ha realizado servicios de vigilancia en municipios de Barcelona y su objetivo –explica Olivella– es poder actuar a nivel nacional y más adelante incluso a nivel Europeo.Como sucede con muchos otros sectores, el de la vigilancia medioambiental existe una enorme disgregación. «Actualmente hay demasiadas tipologías de guardas de vigilancia medioambiental y eso provoca que las funciones del sector queden muy dispersas», explica Olivella. Además, añade que el intrusismo laboral está muy presente en este ámbito lo que provoco que a menudo haya mucha gente que ejerza de guarda «sin la capacidad legal y los conocimientos necesarios para llevar a cabo las funciones que se requieren».
Para acabar con estas prácticas, la empresa pedirá a la Policía Local que realice más controles, para evitar la proliferación de éstas prácticas. Cabe destacar que los guardas medioambientales están considerados como agentes auxiliares de la Policía con prioridad. Eso significa que tienen capacidades operativas y «pueden detener, realizar denuncias in situ, tramitarlas y llevar armas de defensa», apunta Olivella. En este sentido, la empresa pedirá también autorización para que los guardas puedan llevar armamento pesado, como revólveres. Aunque en breve habilitarán una dirección de correo electrónico, de momento los servicios deben contratarse en el teléfono 648206487.