lunes, 19 de diciembre de 2011

Caza al expoliador de nidos

El método es demasiado arriesgado para que quien lo use sea un simple aficionado. Unas cuantas cuñas de hierro clavados en el tronco de una acacia son suficientes para que el alimañero, el expoliador de nidos, trepe por el árbol y robe los huevos o los polluelos recién nacidos, destinados a la venta en el mercado negro. El halcón peregrino, un ave en peligro de extinción, el azor y el gavilán son algunas de las especies más amenazadas por esta práctica, a la que le ha salido un enemigo muy combativo en O Barbanza: Axena, una asociación de estudiantes y amantes de la ornitología que vigila los montes y los nidos de las aves rapaces para salvarlas del robo. En los últimos tres años han localizado unos 15 lugares de cría a lo largo de toda la comarca, que custodian en época de reproducción con la ayuda de agentes del Seprona. Estas Navidades cuatro miembros de Axena arrancarán las barras clavadas en los árboles con el fin de complicarles la vida a los alimañeros, que ni siquiera retiran los hierros después de consumar el robo: los dejan en el árbol, listos para la próxima campaña.
Los alimañeros actúan cada año más temprano debido a la competencia
"Los nidos de halcón peregrino son expoliados año tras año, y cada vez más temprano, lo que revela cierta competencia entre los alimañeros", explica Javier Iglesias, uno de los cuatro representantes de Axena en el Barbanza. Para llegar los primeros, muchos expoliadores de nidos ni siquiera esperan a que el pollito rompa el cascarón, aun a sabiendas de que tendrán que colocar los huevos en una incubadora artificial y de que la crianza de las aves entraña más riesgos con este sistema. El descubrimiento del expolio suele seguir una pauta común, sea cual sea la especie afectada. "Salimos al monte a vigilar los nidos conocidos y observamos que los pollos han desaparecido, y no porque se los haya comido un animal. En algunos casos hay restos de cuerdas usadas para descolgarse por el acantilado, o hierros en los árboles. Son nidos conocidos por todo el mundo", precisa el ecologista.
Los hábitos reproductivos de azores, gavilanes y halcones le facilitan mucho el trabajo a los expoliadores. El halcón peregrino busca repisas de acantilados o paredes de canteras, y lugares como esos no hay tantos en la comarca; una vez que encuentra el lugar indicado, el halcón vuelve año tras año a poner sus huevos en el mismo nido. También suele repetir el azor, que cría en árboles altos, y el gavilán, que lo hace en bosques tupidos de pinos y acacias, muy vulnerables a los incendios del verano, que es la época del año en la se reproduce esta ave. "La gente que expolia los nidos puede llevar 15 o 20 años dedicándose a esto. Tienen mucha experiencia y conocen las rutinas del animal", expone.
En noviembre, el colectivo ecologista del que Iglesias forma parte organizó una conferencia en Ribeira, abierta a todos los vecinos preocupados por las consecuencias del expolio. En ella, Iglesias y sus compañeros detallaron las técnicas más o menos rudimentarias de las que echan mano los alimañeros para hacerse con su botín. La más innovadora consiste en construir un retel, un pequeño saco de red enganchado a un mango largo, parecido a un cazamariposas, que le evita al alimañero el riesgo de deslizarse por un acantilado para robar los huevos. En abril, uno de los nidos controlados por Axena fue despojado mediante este procedimiento. "Es la primera vez que lo vemos y es muy ingenioso", admite el ecologista. La otra opción, la tradicional, consiste en descolgarse por las rocas amarrado a una cuerda o a una red de batea. La experiencia de los alimañeros, que operan con total impunidad porque difícilmente se les pilla in fraganti -el robo es rápido-, les asegura el éxito frente a los agentes del Seprona. Son cuatro en la comarca y atienden multitud de frentes. "Se ven desbordados", lamenta Iglesias.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Homenaje a Pidal, antiguo guarda de Socoa

La Sociedad de Cazadores del Oriente de Asturias (Socoa) promueve un homenaje para el próximo viernes, a partir de las cinco de la tarde, a Miguel Ángel Pidal Álvarez, el que fuera durante 27 años guarda mayor de la sociedad cinegética llanisca. Pidal había fallecido el 9 de enero de 2009, a la edad de 62 años. El acto central del homenaje se concreta en el descubrimiento de una placa en el lugar conocido como Don Diego, un enclave situado en el lote cinegético de La Verde, en las inmediaciones del pueblo de Purón. En un comunicado emitido ayer por Bernardo Gutiérrez, presidente de Socoa, se «fija como lugar de cita elaurante La Veguca, en San Roe del Acebal, porque nos coge a todos de camino hacia Purón».

jueves, 8 de diciembre de 2011

Aparecen trampas de caza con riesgo para el oso en Asturias y León

Agentes Muestran Lazos De Acero Ilegales Para La Caza   La Fundación Oso Pardo (FOP) ha alertado de la aparición de lazos de acero ilegales --usados para la caza-- en Cangas del Narcea y en el municipio de Puebla de Lillo (León), que podrían poner en peligro a esta especie.
   El equipo de la FOP localizó uno de los lazos el jueves pasado, cuando rastreaba el entorno del corredor interpoblacional (en el entorno de Puebla de Lillo), que une las dos subpoblaciones de esta especie, ha informado la Fundación.
   La trampa, que se encontraba en el borde de un prado, fue retirada y, más tarde, apareció un segundo lazo en la zona.
   Al día siguiente, un miembro de la Patrulla Oso Alto Narcea y varios guardias del Seprona de Cangas del Narcea localizaron dos lazos de acero más instalados en el borde de un prado en pleno corredor de Leitariegos, una zona frecuentada por esta especie.
   Los lazos, destinados comúnmente para cazar jabalíes, corzos o ciervos, pueden atrapar a otra fauna como lo osos, provocando graves lesiones o incluso la muerte, ha advertido la FOP.
   Su utilización está tipificada en el artículo 336 del Código Penal, con penas de cárcel de 14 a 24 meses --sustituida por multa económica en caso de ausencia de antecedentes--, además de la inhabilitación para cazar durante un periodo de entre 2 y 4 años.

Detienen a un vecino de Soto por utilizar lazos metálicos para cazar

 
Un agente del Seprona muestra uno de los lazos. Agentes del Seprona de la Guardia Civil de Avilés detuvieron el pasado martes a un vecino de Soto del Barco al que relacionan con la instalación de lazos metálicos para la caza de animales. Esta actividad está considerada una infracción muy grave en la Ley de Caza.

El arrestado, de 62 años y cuya identidad se corresponde con las iniciales C. M. G., se puede enfrentar a una pena de entre cuatro meses y dos años de cárcel y al pago de uma multa de entre ocho y 24 meses. Y es que «los lazos son un medio prohibido para la práctica de la caza porque constituyen un método no selectivo, puesto que en ellos pueden quedar atrapados animales protegidos o en peligro de extinción», comunciaron fuentes del instituto armado.

Los agentes localizaron el pasado día 20 uno de estos lazos en en las inmediaciones de una finca de Soto del Barco. El Seprona, junto al Fapas (Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes), organizaron distintos dispositivos de vigilancia y constataron que el lazo sufría variaciones de unos días a otros. Además, localizaron otros dos lazos, uno de ellos doble y para el mismo fin.

Las indagaciones llevaron a los agentes a identificar al propietario de los alzos, quien una vez detenido y tras prestar declaración en el cuartel de la Guardia Civil de Avilés quedó en libertad. El Juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Pravia se ha hecho cargo del caso.

C. M. G., siempre según la versión de la Guardia Civil, reconoció ser el propietario de los lazos y se enfrentará a una pena de entre cuatro meses y dos años de cárcel así como al pago de cuantionsas multas.