lunes, 18 de julio de 2011

Para muchos aficionados, la política de cupos es aceptable cuando llegan años de mala crianza y, aunque este no sea uno de ellos, se percibe en el sector cierta resignación

Yo no cazo para que tú sí caces
Un perro entrega una presa a su dueño. / Archivo
Con la proximidad de la media veda, en Castilla y León suele reproducirse todos los años, más o menos, el mismo debate: hay cupo de piezas o no hay cupo de piezas. Un debate eterno, nacido de los años en los que hubo más cazadores que presas, pero que ha quedado prendido con hilo de seda en la memoria de quienes han de decidir esto de la cinegética castellano y leonesa. Y como en la caza de esta comunidad deciden casi todos menos los que cazan, las cosas se van complicando. Las posturas son más o menos así.
Ecologistas: Cada vez hay menos animales, hay que protegerles, evitar su desaparición. Hay que poner cupo.
Asociaciones de cazadores: Las especies que se cazan en verano son migratorias. La codorniz, la tórtola y la paloma torcaz se mueven mucho. Hoy están aquí, mañana no se sabe. Si aquí ponemos cupo y en las comunidades vecinas no, lo único que se consigue es que en La Mancha se cobren aves que pasaron por aquí y las dejamos marchar. Allí venden la caza, aquí no podemos.
La Federación: Es un problema complejo, que ha de solucionarse con buena voluntad y buscando el consenso que dé satisfacción a las necesidades de todas las partes, aunando así el legítimo disfrute de los cazadores con el necesario conservacionista tan querido por los propios aficionados a la actividad cinegética.
La Administración: Lo que usted digan es lo que vale, que yo en estos asuntos no me meto.
Solución: cCpo de 35 codornices y de 15 tórtolas. Y para estas y para las palomas se levanta la veda con una semana más tarde que en resto de España.
Para muchos cazadores, la política de cupos es aceptable cuando llegan años de mala crianza. Y aunque este no sea uno de ellos, se percibe en el sector cierta resignación. Es difícil que se elimine una medida restrictiva, y es algo asumido. Pero lo de abrir el periodo hábil un día para una especie y otro para otras, no se entiende. Ni bien ni mal. Si nadie lo hace, ¿por qué nosotros? se preguntan.
Y desde la Federación y desde las asociaciones ecologistas se les responde con el argumento de que si los demás hacen algo mal, no por ello debemos hacerlo nosotros.
La temporada de caza se acerca, queda menos de un mes, y cuando los cañones de las escopetas ladren, la polémica volverá a los cajones.

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