jueves, 7 de junio de 2012

Según la Federación Navarra, ADECANA crea un debate «absurdo e irresponsable»

La Federación Navarra de Caza ha emitido un comunicado para contestar al escrito difundido por ADECANA con fecha 20/02/2012, en el que esta asociación requiere un pronunciamiento de la FNC sobre la necesidad de dotar de vigilancia a los acotados de Navarra.

Ante el escrito difundido por ADECANA, la FNC manifiesta lo siguiente:

1º.- La FNC opina que el debate sobre la necesidad de guardar y vigilar todos los cotos de Navarra se cerró hace ya muchos años, cuando el Parlamento de Navarra aprobó la Ley Foral 2/1993 de protección y gestión de la fauna silvestre, cuyo artículo 72 recogió con absoluta claridad que el titular de un aprovechamiento cinegético debía dotar al coto de caza de la vigilancia suficiente para proteger la caza. La conveniencia de disponer de un sistema de vigilancia obligatorio volvió a ser ratificada por el Parlamento de Navarra cuando en el año 2001 aprobó el Plan Estratégico de Caza para Navarra, que fue respaldado por el consejo asesor de caza y también por la FNC y por ADECANA. La Ley Foral 17/2005 de caza y pesca de Navarra no hizo sino confirmar el contenido de las disposiciones anteriores, puesto que nunca nadie ha discutido o se ha opuesto a algo que sin duda beneficia a la caza y a los cazadores: la necesidad de dotar de una vigilancia especializada a los acotados de Navarra.

Nadie en aquellos tiempos planteó objeción alguna a la necesidad de implementar un sistema de vigilancia encaminado a la protección de las especies cinegéticas y sus hábitats, tampoco, que sepamos, lo hizo ADECANA.

La Federación Navarra de Caza estaba entonces convencida, y lo sigue estando ahora, que el futuro de la caza en Navarra requería diseñar un sistema de vigilancia que priorizara la figura del guarda cuidador del campo, las especies y sus hábitats, puesto que la patética situación de la caza en Navarra aconseja que los cotos tengan un gestor profesional del aprovechamiento cinegético que sea capaz de vigilar la caza, pero también de cuidarla y de preservar sus hábitats.

2º.- Las funciones del guarda de caza no quedaron convenientemente definidas en los textos legales, que más parecían apostar por el vigilante que por el guardador del campo y de los hábitats.

En el año 2009, más o menos, el Departamento de Caza comunicó a la FNC que iba a retrasar la obligatoriedad de contratar un guarda de caza, porque estaban estudiando modificar el Reglamento de Caza para asignar al guarda de caza unas funciones medioambientales distintas a las exclusivamente policiales. La Federación Navarra de Caza consideró que esa modificación era muy positiva para la caza en Navarra, porque pensaba entonces, y no ha variado de opinión, que el futuro de la caza en Navarra pasa por la necesidad de establecer un sistema de vigilancia encaminado a la protección de la caza, y de las especies y hábitats que la sustentan.

3º.- Hace muy pocos días, el Gobierno de Navarra ha adelantado las líneas generales sobre la nueva regulación del guarderío, que acentúa la función medioambiental del guarda de caza y su utilidad para la gestión de los acotados. La FNC considera que el nuevo tratamiento de la figura del guarda beneficia a la caza, a los cazadores, a los cotos y al medioambiente, y es absolutamente necesaria para garantizar la sostenibilidad futura de la caza, porque si no somos capaces de protegerla ahora no la vamos a poder preservar para que la practiquen las futuras generaciones.

4º.- Desde hace ya varios años, un buen número de sociedades locales de cazadores están realizando un esfuerzo económico muy loable para reparar el impacto medioambiental que sin duda ocasiona la caza, mediante la contratación de guardas especializados en gestión cinegética que ayudarán a que la caza se pueda seguir practicando en el futuro.

Estas sociedades merecen el total respeto y apoyo de la FNC, porque con su esfuerzo posibilitan que la caza pueda perdurar y superar los graves riesgos que existen para su subsistencia, amenazada por un sinfín de inconvenientes que el guarda de caza puede ayudar a superar y combatir, en beneficio de la generación actual de cazadores y de las generaciones futuras.

Ese esfuerzo social que están realizando esas sociedades de cazadores navarros se puede sostener gracias a unas subvenciones públicas acordadas en el Plan Estratégico de Caza y en la Ley Foral de Caza, que tienen por objeto facilitar el cumplimiento de la obligación de proteger la caza.

En caso de modificarse la ley de caza en el sentido que apunta la asociación ADECANA, esas subvenciones tendrán los días contados, y las sociedades que mas responsablemente gestionan la caza y el medioambiente sufrirán un grave quebranto económico, que hará inviable su actual gestión de los aprovechamientos.

5º.- La FNC considera que se ha creado un debate absurdo e irresponsable en torno a la obligación de vigilar los cotos, porque lo verdaderamente importante es valorar los beneficios que se obtendrán con la implantación generalizada de un guarda que cuide o ayude a cuidar las especies cinegéticas de nuestros cotos y sus hábitats. Es evidente que la contratación del guarderío conlleva un esfuerzo económico, pero su financiación es posible si el coste económico se reparte entre los sectores que van a resultar beneficiados por la protección de la caza en el campo, a saber, cazadores, Ayuntamientos y Departamento de Medio Ambiente, siendo enormemente relevante que el nuevo Reglamento de Caza establezca que el 25% de los beneficios que se obtengan por el arriendo de los cotos deba invertirse en mejoras en el acotado, entre ellas pagar la vigilancia.

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