miércoles, 27 de julio de 2011

La Federación pide cambios para evitar accidentes de fauna cinegética en los canales

Conseguir salir es una misión imposible y la mortalidad es del cien por cien. Uno de los acuerdos adoptados por los integrantes de la Federación Territorial ha sido el de solicitar que en los puntos concretos en los que se concentren un mayor número de ejemplares muertos, la Confederación Hidrográfica del Duero, tome medidas habilitando escapes para la fauna.
Desde la CHD, por su parte, ya se han puesto en marcha algunas fórmulas para paliar este problema que, según guardas de la Federación, puede suponer la muerte de hasta 200 corzos año en algunos canales de Castilla y León. Este dato es aplicable, por ejemplo, a canales de la zona de Aranda de Duero con paredes muy verticales y gran longitud.
En la provincia de Soria, la CHD ha comenzado a actuar en el canal de Inés ubicado en el término de San Esteban de Gormaz. De momento, se han tomado medidas en los 13 primeros kilómetros del total de 26,5 que tiene de longitud. La actuación consiste en la instalación de siete rampas y, junto a ellas, un tramex horizontal. El mecanismo intenta favorecer que cuando un animal caiga al canal, pueda ser arrastrado hasta alguna de las redes metálicas que lo frenen. Una vez que el ejemplar para tiene acceso a una rampa adjunta desde la que puede intentar salir del cauce. Cada rampa está separada por kilómetro y medio.
La actuación ha incluido, según fuentes de la propia CHD, la demolición parcial de una parte de la pared del canal para la construcción de la mencionada rampa. Estas pendientes se han construido además con material rugoso para facilitar que el animal, aunque se encuentre cansado, tenga una mayor facilidad para poder salir una vez que la verja impide que la corriente siga arrastrando al corzo.
Desde la CHD se apunta que se ha actuado en este canal «por tratarse del punto donde se han detectado más problemas y por lo que hemos visto sí funciona». Algunos guardas, sin embargo, como es el caso de Luis Ballesteros disienten, sin embargo, en la lectura ya que consideran que el problema se mantiene cuando los caudales son más bajos y los animales no son frenados por estas verjas al pasar por la parte inferior. Otros como Epifanio Gómez, presidente de la Asociación Monte de la Calabaza, uno de los grupos que más ha batallado para buscar soluciones a este problema, también recuerda que las rampas están demasiado separadas una de otras. «Los animales tienden a nadar contra corriente para volver a subir por donde ellos han caído y eso provoca que lleguen muy cansados y cuando alcanzan la rampa y la verja ya no tienen fuerzas para salir y mueren ahogados».
Desde la CHD se trabaja en la búsqueda de nuevas vías para solucionar este problema, aunque también admiten que el vallado sería la única alternativa fiable cien por cien, pero que es totalmente imposible. Los propios guardas y cazadores también entienden la complejidad de esta solución tanto por su realización como, lógicamente, por su coste. Entre las soluciones que aportan, Epifanio Gómez apunta a la posibilidad de crear pasos anchos por los que los animales puedan superar el canal.
De momento, las únicas medidas adoptadas son las del canal de Inés en Soria y las puestas en marcha, con el mismo sistema «pionero», en otros dos canales de Burgos, en los que se concentra la mayor tasa de mortalidad.
José Manzano, delegado de caza en Soria, considera que es un problema serio para la fauna cinegética, pero «también para otras especies, incluso, alguna de ellas protegidas. No se puede mirar para otro lado al tratarse de animales salvajes ya que es realmente una trampa». Los cotos de las zonas más afectadas son, a su vez, los principales perjudicados por las pérdidas de estos animales contemplados en los planes técnicos.
gran conocedor
Luis Ballesteros es uno de los mejores conocedores de esta situación como guarda de la Federación de Castilla y León en la zona de Burgos limítrofe con Soria, una de las más afectadas. Ballesteros comienza por puntualizar que «las medidas adoptadas no funcionan, los canales nunca bajan llenos y, entonces, la verja no frena a los ejemplares. Las rampas además son cortas y demasiado empinadas. Afecta a la caza, pero hemos visto en muchos canales especies protegidas, rapaces, culebras y también especies ganaderas. Dentro de la fauna cinegética el animal más afectado es el corzo y, sobre todo, los jóvenes y las hembras». Epifanio Gómez, representante de la Asociación Monte Calabaza, ratifica esta opinión y apunta que «la mayor población de corzos puede ser el motivo y también que es una especie que se mueve más que otras».
Luis Ballesteros insiste, además, que lo que él ha podido comprobar después de muchos años detectando este problema es que la inercia natural de los animales es la de nadar contracorriente. «En la zona del canal de Aranda podemos estar hablando de 200 corzos ahogados a lo largo de sus 32 kilómetros de longitud», explica a la vez que se queja de que los responsables de la CHD prefieren eliminar los cadáveres para que no trascienda públicamente el problema. «Hemos puesto multitud de quejas en todos los estamentos, la Junta, Guardia Civil, Confederación... y, hasta ahora, apenas se han buscado soluciones. Las medidas actuales son insuficientes y creo que están mal diseñadas. Esto queda claro cuando muchos de los cadáveres los encuentras ahí mismo». Epifanio Gómez, de la Asociación de Cazadores del Monte de la Calabaza, cuenta con material gráfico impactante de casos con hasta cinco corzos muertos en una misma zona del canal.
Los corzos son los animales más afectados por este problema y «especialmente las hembras que se encuentran a punto de parir. Creemos que ellas se mueven más y esto puede ser una de las causas». Gómez matiza, además, que «los casos de jabalí, por ejemplo, son mucho menores». «Es una asignatura pendiente por la que llevamos muchos años luchando. En mi caso desde el guarderío aquí en Aranda y también cuando vigilaba en la zona de Roa», explica Ballesteros. «En 25 años no se ha vallado ni un sólo metro y tampoco se ha tapado ninguna zona. Si poco a poco se hubiera ido actuando, se habría paliado de alguna medida el problema».
La zona de ribera de Soria, con el canal de Inés, y Aranda de Duero, en Burgos, vive especialmente concienciada por esta situación, pero también se repite en otros puntos como Traspaderne al norte de la provincia burgalesa o Segovia en zonas próximas a Riaza. Luis Ballesteros también avisa de que en algunas batidas se han perdido perros de caza por este mismo motivo. «Han salido detrás de un jabalí y han caído al canal ahogándose parte de ellos», explica.
actuaciones muy lentas
Epifanio Gómez conoce muy bien este problema que afecta de forma especial a los animales del Monte de la Calabaza, un espacio declarado de utilidad pública con una superficie de 1.130 hectáreas que se corresponde con el coto de caza Burgos 10614. «Hemos sido muy reivindicativos con el problema de los canales y hemos conseguido ciertas actuaciones, aunque en nuestro caso hemos visto que sí funciona si es un jabalí el animal que se precipita al agua, pero es poco útil cuando se trata de corzos. Nosotros sacamos una media de 50 corzos cada año. Esta temporada, por ejemplo, hemos recuperado 12 cadáveres, pero la cifra es mucho mayor teniendo en cuenta que sólo en la zona de Aranda hay tres canales».
Sobre el vallado, al margen de la dificultad material y económica, añade que existe un problema tremendo de impacto ambiental con lo que no baraja esta alternativa. En el norte de Palencia, por ejemplo, un canal propiedad de Iberdrola ha solventado estos contratiempos entubando la canalización.
RESCATE RECIENTE
Aunque la mayor parte de las caídas a los canales de los corzos tienen un desenlace fatal, el pasado mes de mayo, sin embargo, se produjo el rescate de uno de estos animales. Agentes del Seprona de una patrulla de San Esteban de Gormaz salvaron a un pequeño corzo que se estaba ahogando en un canal de riego de una finca de la citada localidad. La patrulla de servicio, que realizaba labores de vigilancia en la finca denominada El Castril, de San Esteban de Gormaz, observó, a su paso por un canal de riego, como un corzo, que había caído en el agua, se estaba ahogando puesto que se encontraba sin fuerzas por los infructuosos intentos que había hecho para salir del canal. Los agentes consiguieron extraerlo del agua y el animal se recuperó y fue puesto en libertad.

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